El Dr. Agustín de la Quintana Villegas es secretario de la Sociedad Española de Ginecoestética y Cirugía Íntima (SEGECI) y director médico de la Clínica Kaliany en Alcalá de Henares (Madrid), e indica que: “el liquen escleroatrófico es una enfermedad crónica que se presenta en cualquier zona del cuerpo tanto masculina como femenina, a cualquier edad, aunque con mayor frecuencia en la genital y es en la época previa a la pubertad y mujeres postmenopáusicas.
La causa de este trastorno es desconocido, pero se pueden barajar las siguientes:
- Autoinmunes
- Infecciosas
- Hormonales
- Traumatismos (quemaduras, cirugías…)
- Herencia genética
Hay que hacer hincapié en que es crónico y, también es necesario saber que un porcentaje de los casos que oscila entre 2–5 %, acumulado en ambos sexos, puede sufrir una degeneración a cáncer, por lo que es necesario seguir una pauta de revisiones periódicas, así como conocer los signos de sospecha:
- Aumento de la sintomatología
- Aparición de úlceras o nódulos”.
Clínica
“Comienza en forma de pequeñas lesiones rojizas”, continúa diciendo el doctor, “que se juntan para formar placas del mismo color y que, posteriormente, se hacen blancas y duras, con pérdida de elasticidad y posible aparición de grietas. Si el proceso inflamatorio es intenso y duradero, pueden llegar a formarse sinequias (fusiones entre las estructuras que forman la vulva), por ejemplo unión entre los labios menores o reducción del introito (orificio externo de la vagina) y retracción de las estructuras de la vulva, llegando incluso a la oclusión del clítoris (fimosis del clítoris).
Los síntomas que presenta pueden ser:
- Prurito (picor) o escozor de la zona afectada
- Disuria o dolor durante la micción
- Dolor acompañado o no de pequeñas hemorragias durante el acto sexual
- Dolor a la defecación (más frecuente en niñas)
Tratamiento
Medidas generales:
- Mantener una correcta higiene de la zona, lavando la zona después de la micción o defecación
- Evitar sustancias irritantes
- Uso de ropa interior de algodón o, incluso mejor, de seda”.
Añade el experto que, “el tratamiento convencional consiste en la aplicación tópica de corticoides durante un período largo (hasta tres meses), seguido de mantenimiento con cremas emolientes o de vitamina E. En los casos de resistencia al tratamiento con corticoides, se pueden utilizar inmunomoduladores, aunque no hay todavía mucha evidencia en cuanto a su eficacia”.
Tratamiento ginecoestetico
El Dr. de la Quintana explica: “el tratamiento ginecoestético se indica cuando el tratamiento convencional no consigue eliminar la sintomatología, y siempre debe ir precedido de una revisión ginecológica convencional y una biopsia de la zona.
Desde la perspectiva de la ginecoestética, se plantea la extirpación láser de la lesión, en nuestro caso láser quirúrgico de CO2, acompañado de biomodulación de la mucosa con plasma rico en plaquetas; esta última medida es doblemente eficaz, ya que además de inducir proliferación de la mucosa normal, favorece la mejoría de un posible síndrome de sequedad vaginal, el cual suele aparecer asociado ya que la mayor parte de las pacientes tratadas son mujeres postmenopáusicas.
La intervención se realiza de forma ambulatoria, con incorporación a la vida normal en 2-3 días, siendo su duración variable en función de la extensión de la lesión, se realiza con anestesia tópica reforzada o, en casos raros, con anestesia local o troncular. La revisión de los pacientes se realiza a las 24-48 horas de su realización, con una valoración posterior a los 15-21 días donde se decide si hay que continuar tratamiento.
Los efectos secundarios de esta técnica son:
- Molestias al orinar por contacto de la orina con la lesión residual (suele durar 2-3 días, de ahí el retraso en la incorporación a la vida normal)
- Infección de la herida. Muy rara si se siguen escrupulosamente las indicaciones de higiene y antibioterapia tópica que se aplican
- Inflamación de la zona, que puede ser tratada con métodos convencionales
Los cuidados después de la intervención:
- Abstinencia sexual de 2-3 semanas
- Uso de compresas de algodón sin cosméticos durante una semana
- Uso de ropa holgada con el fin el evitar irritaciones en la zona
En cuanto a la necesidad de tratamientos complementarios, lo normal es que se realicen dos sesiones láser separadas entre sí al menos mes y medio, y en cuanto a la aplicación del plasma rico en plaquetas se realizan 2 sesiones después de cada aplicación láser. La sintomatología suele desaparecer o disminuir drásticamente después de la primera sesión, recomendándose retomar las relaciones sexuales para evitar la constricción de la vagina.
Cabe destacar, en casos aislados, la posible aparición de vaginismo secundario, que se puede definir como la contractura refleja dolorosa previa o durante la penetración, de causa psicológica derivada del dolor crónico que la paciente pueda haber estado soportando antes de someterse al tratamiento. En estos casos, la aplicación de toxina botulínica en la zona del introito ha demostrado clínicamente, normalmente en una única aplicación, la desaparición de este cuadro”.