Según explica la Dra. Rebeca García, directora de la clínica Doctor Life, “la vitamina D es el centro de atención últimamente. Aunque se llame vitamina, es realmente una hormona y debe ser optimizada. Incluso la gente que toma el sol frecuentemente puede tener déficit de esta hormona. Los niveles óptimos de vitamina D proveen de protección contra la pérdida ósea y osteoporosis (esencial para la mujer menopáusica), enfermedad cardíaca, cáncer y demencia. Es necesaria para ayudar al calcio en la protección ósea. Creíamos que 400 unidades diarias era adecuado, pero con esa dosis no se alcanza el mínimo terapéutico por lo que ahora recomiendo 5.000 unidades diarias para la mayoría de las personas. Nosotros pedimos medir los niveles sanguíneos para asegurarnos de que alcanzamos los mínimos necesarios para la protección que ofrece y en algunos casos son necesarias dosis más altas para combatir la osteopenia y la osteoporosis.
Presente en el cuerpo humano
La vitamina D es una de las vitaminas liposolubles que están presentes en el cuerpo humano. Sus funciones son tan variadas que puede llegar incluso a considerarse un tipo de hormona más del organismo.
Con su ayuda somos capaces de mantener niveles óptimos de calcio en sangre para mejorar el sistema óseo y muscular en cualquier momento de la vida de la mujer, defender al organismo de posibles infecciones, participar en actividades neuromusculares y prevenir ciertas enfermedades como la hipertensión arterial o ciertos tipos de cáncer, entre otros.
Tras la exposición a la luz solar, el propio organismo se encarga de absorberla a través de la piel. Sin embargo, esta vitamina se encuentra presente en una gran cantidad de alimentos naturales como la leche, huevos y pescados grasos.
Déficit de vitamina D
Padecer un déficit o carencia de vitamina D es mucho más sencillo de lo que se pueda llegar a pensar. Aunque vivimos en un país con una amplia franja horaria de luz solar, el aumento de los hábitos sedentarios ha llegado a ocasionar una falta de exposición directa al sol. Una cuestión que preocupa y mucho a nuestros médicos.
Está científicamente comprobado que los pacientes con niveles bajos de vitamina D durante largos períodos pueden llegar a sufrir osteoporosis, dolor óseo y muscular, aumento de la presión arterial, diabetes y el desarrollo de otras enfermedades autoinmunes.
Las personas mayores, con problemas de obesidad y sobrepeso, las embarazadas y los celíacos son más propensos a padecer este déficit de vitamina D en su producción natural.