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Tratamientos de Medicina Regenerativa en Ginecoestética

La Dra. July Jaimes que es ginecóloga y coordinadora de la Unidad de Ginecología Regenerativa del Hospital San Rafael de Madrid, explica a qué tipo de tratamientos se llama Medicina  Regenerativa en su especialidad: “son los aplicados en el área genital, que buscan producir la bioestimulación del propio tejido dañado para que se autorepare y recupere la función perdida. Estos tratamientos se pueden realizar, a través de técnicas específicas donde se utilizan dispositivos diseñados para tal fin como es el láser, la radiofrecuencia y la carboxiterapia, así como también el uso de tejidos autólogos, como el plasma rico en plaquetas y las células madre mesenquimales, obtenidas de la grasa”.

Evolución

La doctora indica que, “las técnicas regenerativas en este área se vienen aplicando desde el año 1973 aproximadamente, cuando el láser entra en ginecología para patologías del área vulvar tanto benignas, como es el caso de las verrugas genitales, como en los diagnósticos de neoplasia intraepitelial vulvar (VIN I / VIN II). Sin embargo, el concepto de Bioestimulación y Regeneración tal como lo estamos aplicando hoy en día, es mucho más reciente.

Su evolución ha sido paralela a las técnicas y aparatología de otras áreas como la medicina estética, dermatología o cirugía plástica. Comenzamos hace cuarenta años, aproximadamente, con dispositivos que producían gran daño térmico, de gran tamaño, pesados, de difícil manipulación, con técnicas muy básicas desde el punto de vista regenerativo.

Utilizábamos equipos que estaban diseñados para tratamientos dermatológicos y no para el área genital específicamente. Ahora contamos con equipos ligeros, portátiles, diseñados para uso específico de esta especialidad y que producen solo los efectos deseados en el tejido aplicado. A ello, debemos agregar que contamos con un arsenal numeroso de procedimientos y técnicas que tienen una trayectoria impecable en otras especialidades, perfectamente extrapolables, que nos dan opciones terapéuticas específicas y excelentes resultados. Patologías en las que no teníamos muchas alternativas terapéuticas, como son los casos de procesos crónicos inflamatorios vulvares, como el líquen escleroso, simple, plano o la vulvitis de zoon”.

Tratamientos

La Dra. Jaimes explica que: “son novedosos, versátiles, y muchos de ellos autólogos, es decir, que el producto se obtiene de la misma paciente (PRP o grasa), con un daño tisular mínimo que permite una recuperación rápida. En su mayoría sencillos de aplicar, pero con un gran impacto en cuanto a la recuperación del tejido”.

“El término de ginecobiológico, usualmente, define las técnicas autólogas, donde aplicamos, PRP y grasa (nanofat y microfat) y el uso de toxina botulínica. Para los dos primeros, su uso está orientado a patologías donde necesitamos tejido, es decir, no solo queremos  bioestimular, sino que además, necesitamos romper áreas fibróticas y voluminizar, como es el caso de cicatrices retráctiles en las quemaduras, procesos infecciosos, complicaciones quirúrgicas como heridas con defecto, también en los procesos inflamatorios vulvares severos (liquen escleroso, plano), en las episiorrafias complicadas (deformidad, dolor) y en el síndrome génitourinario  de la menopausia, específicamente, en la atrofia vulvovaginal. En el caso de la toxina botulínica, la aplicamos específicamente en el diagnóstico de vaginismo y vulvodinia.

Se pueden usar conjuntamente con otras técnicas o tecnologías ya que esa es una de las bondades de los tratamientos regenerativos. Son coadyuvantes y muy versátiles, se pueden aplicar entre sí, con otros métodos regenerativos y no regenerativos. En una paciente por ejemplo con atrofia vulvovaginal, podemos aplicar láser y PRP. En los casos de liquen escleroso: láser, radiofrecuencia, carboxiterapia y añadirle PRP. Sus posibilidades son ilimitadas porque el objetivo que queremos conseguir es la bioestimulación, todo va a depender de lo que deseemos conseguir en el tejido o zona a tratar”.