En los últimos años, las visitas a la web para este tratamiento se han disparado hasta en un 41%. Y es que, el interés que despierta es directamente proporcional al tabú que aún existe sobre determinados procedimientos, como el blanqueamiento íntimo. “Siempre hay cierto pudor al realizar consultas sobre aspectos tan íntimos. Pero, de no hacerlo, podemos poner en riesgo nuestra salud. Por eso, hemos decidido hablar abiertamente sobre el blanqueamiento genital, con el fin de despejar dudas y así ayudar a todas las personas a tomar decisiones informadas”, explica Cristina Álvarez, cofundadora de los centros de medicina estética que llevan su nombre.
¿Por qué se oscurece esta zona?
La montaña rusa de hormonas que llega en la adolescencia incrementa la producción de melanina, y la zona alrededor de los genitales, los pezones y el ano cambian de color y se irán oscureciendo con el paso del tiempo. “En el caso concreto de las mujeres, el embarazo y la lactancia provocan una alteración de hormonas que incrementan la producción de melanina y da lugar a la hiperpigmentación genital, es decir, el oscurecimiento de la piel zona anal y genitales externos”, explica Álvarez.
Protocolo
Recuperar el color rosado, que se asocia con mayor juventud, es el objetivo del blanqueamiento genital. “Nos piden este tratamiento tanto hombres y mujeres jóvenes como mujeres maduras, pero son las mujeres de entre 45 a 55 años el público mayoritario. El principal motivo es sentirse más cómodos y seguros con su cuerpo a la hora de exponer esta zona del cuerpo, por ejemplo, con ropa interior, bikinis o en las relaciones íntimas”, aclara la experta.
El tratamiento más eficaz y más rápido es el láser, que mediante pequeños impulsos logra despigmentar la zona a tratar. “El láser elimina las primeras capas de la piel, donde se acumula las células responsables del oscurecimiento. Es un peeling controlado, pero por eso, es importante ponerse en manos de profesionales”, explica.
Desaconsejado
El tratamiento de láser está contraindicado en personas embarazadas, con diabetes o con colagenopatías. Tener una cicatriz anómala en la zona a tratar o un trastorno de fotosensibilidad también serían motivos para desaconsejar el tratamiento. En cualquier caso, el equipo médico hace un diagnóstico previo y consulta al paciente si se encuentra en estos supuestos antes de realizar la terapia láser.