Según la ginecóloga, Belén Gómez, del Hospital Infanta Leonor: “teniendo en cuenta la importancia de una correcta higiene íntima, sólo el 18% de hogares españoles consumen productos específicos para ello (según datos Nielsen de Julio de 2018), una cifra muy baja si lo comparamos con Italia, donde ya se supera el 65% (según GFK Consumer Panel).
La importancia de esto radica en que nuestra zona genital es un área muy sensible que está expuesta a sudoración y a gérmenes que colonizan habitualmente el área digestiva y la piel. Como todas las partes de nuestro cuerpo, necesita higiene y cuidados diarios, ya que posee unas características especiales que hay que mantener”.
Características del pH
La especialista explica que, “la vagina porta una serie de microorganismos, entre ellos bacterias, al igual que el intestino, que se llaman lactobacillus. Estas bacterias emplean el glucógeno de los tejidos de la mucosa vaginal y lo metabolizan en ácido láctico, que es el que disminuye el pH de la vagina y mantiene ese ambiente ácido que impide el crecimiento de la mayoría de los patógenos. El pH de la zona genital es específico y debe estar en torno a 3.5 – 5. Este pH más ácido que el del resto del cuerpo condiciona la existencia de gérmenes y patógenos, ya que crea un ambiente hostil para el crecimiento de muchos hongos y bacterias. El pH puede variar debido a diversos factores como:
– Factores hormonales: es más ácido en la menopausia, infancia y postparto
– Factores ambientales: usar ropa muy ajustada o con tintes y fibras agresivos
– Factores químicos: anticonceptivos, higiene inadecuada, antibióticos
– Factores sexuales: limpieza y alcalinidad del esperma”.
La doctora indica las consecuencias que puede tener el desequilibrio del pH de la zona íntima femenina:
– Infecciones: Cuando los lactobacilus no están en cantidad adecuada en nuestra vagina, el pH se eleva y crea un ambiente adecuado para el crecimiento de hongos y bacterias patógenas como la cándida o la vaginosis bacteriana. Estas infecciones causan picor, mal olor, escozor y es necesario tratarlas de forma específica, además de recuperar de nuevo la flora vaginal habitual. En ese caso es recomendable acudir al ginecólogo para poner un tratamiento específico, generalmente a través de cremas y óvulos.
– Sequedad: Hay circunstancias que provocan una disminución en la secreción de flujo genital que lubrica las mucosas. Esa sequedad puede provocar dificultad en las relaciones sexuales y picor en el área genital. En estos casos, una correcta higiene íntima y una buena hidratación son fundamentales.
La intervención de la Dra. Gómez se realizó con motivo de la presentación de la nueva gama de los productos Chilly.