La ginecóloga Belén Gómez explica cuáles son las diferencias entre hidratante, lubricante y gel de higiene íntima, porque la sequedad o falta de lubricación vaginal es una de las molestias más frecuentes de la zona íntima. No es una alteración grave, pero sí bastante incómoda. Aunque es más frecuente durante la menopausia, puede aparecer a cualquier edad, debido a una época de mayor estrés o como consecuencia de la toma de algún medicamento. Sin embargo, igual que pasa con la piel de cualquier otra parte del cuerpo, puede mejorar siguiendo una serie de consejos, como: beber mucha agua, tomar alimentos ricos en vitaminas A, B y E, utilizar ropa interior adecuada, no abusar de salvaslips ni ciertos fármacos y utilizar productos que favorezcan la hidratación.
El objetivo de la lubricación natural de la vagina, más allá de facilitar las relaciones sexuales, es mantener una correcta higiene fisiológica del aparato reproductor femenino, porque la vagina es una mucosa que no está protegida por piel (salvo la parte externa) y las mucosas están mucho más expuestas y son más vulnerables a las infecciones, por eso es tan importante el ecosistema vaginal, para que las condiciones no sean favorables al crecimiento de gérmenes exógenos afirma la ginecóloga del Hospital Infanta Leonor y colaboradora de Chilly.
– Los hidratantes vaginales tienen como objetivo mantener una humedad más o menos constante en la vagina y ayudar a su estabilización natural. Están formulados para utilizarse de un modo continuo. Está formulado para permitir que el agua se retenga en la mucosa. Es el producto adecuado para las mujeres que padecen sequedad o picor vaginal sin infección, carencia de estrógenos (por menopausia o anticonceptivos) y aquellas que necesitan un extra de hidratación a largo plazo. Las cremas internas pueden utilizarse tres veces a la semana bajo prescripción médica y las externas a diario.
– Los lubricantes vaginales están pensados para utilizarse esporádicamente, sólo durante las relaciones sexuales. Con fórmulas a base de silicona, agua o aceite, su función es mejorar la fricción y la sequedad, aliviando las posibles molestias. Son excelentes para entrenamientos del suelo pélvico, con juguetes sexuales y sexo en solitario o en pareja. Para elegirlo es fundamental comprobar que esté dermatológica y ginecológicamente testado y no contenga colorantes, parabenos o alérgenos. Aunque haya ciertos productos que actúen tanto como hidratantes como lubricantes por su composición, lo mejor es utilizar un producto específico para hidratar y otro para lubricar.
– Los geles de higiene íntima son un producto de limpieza específico de uso diario que, a diferencia de los geles de ducha corporales, respetan el microbioma vaginal. Hay que utilizarlos a diario, se tenga una patología previa o no y esta es la diferencia con los dos anteriores. Las duchas vaginales, salvo en determinadas ocasiones recomendadas por un ginecólogo, están completamente desaconsejadas. En condiciones normales, se recomienda el lavado de la zona íntima una vez al día, aunque hay casos donde es necesaria una higiene más frecuente: tras el deporte, relaciones sexuales o situaciones especiales como la menstruación.