Con la menopausia la mujer entra en una nueva fase de su vida que hasta no hace mucho tenía unas connotaciones sociales negativas, pero hoy se ha liberado de prejuicios y tópicos, aunque todavía carga con algunas ideas preconcebidas. Una de ellas es la que asocia el climaterio a la decadencia de la sexualidad femenina. Es cierto que el descenso de la testosterona y de otras hormonas inciden en una bajada de la libido, el deseo y el impulso sexual, pero no es menos cierto que existe una solución.
Se llama terapia de reemplazo hormonal y según explica el Dr. Alfonso Galán, médico experto en medicina antienvejecimiento en la Clínica Neolife: consiste en el empleo de hormonas de sustitución de aquellas cuyos niveles han descendido por la retirada de la regla. Son proteínas creadas de manera artificial en el laboratorio, añade, con idéntica estructura y composición a las que produce el cuerpo humano.
La testosterona es la estrella de estos tratamientos ya que, además, trabaja positivamente disminuyendo los sofocos, las alteraciones del sueño y la fatiga. Cada vez se tiene más confianza en su seguridad, y no sólo ha demostrado su eficacia en el aumento del deseo sexual, sino también en la facilidad para llegar al orgasmo.
Nuevos tratamientos
En esta línea, señala el Dr. Galán, se avanzan nuevos tratamientos en desarrollo: uno que mezcla las propiedades beneficiosas sobre estas pacientes de la testosterona con buspirona, un ansiolítico que contendrá la oposición natural del cerebro a que se produzca la relación sexual, y otro producto en desarrollo que es la bremelanotida. Este actúa a nivel cerebral sobre las vías neuronales que condicionan la respuesta sexual en la mujer. Disminuye los niveles de serotonina y aumenta los de dopamina y norepinefrina, con escasos efectos secundarios, sobre todo náuseas y mareos.