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Prolapso de órganos pélvicos

prolapso de los órganos pélvicos

Un prolapso de los órganos pélvicos es una hernia vaginal. O lo que es lo mismo: uno de los órganos que tenemos en la pelvis menor cae hacia la vagina, pudiendo incluso llegar a salir por ella en los grados más extremos. Según afirma María Pérez, fisioterapeuta especialista en suelo pélvico, salud femenina y ejercicio terapéutico, los órganos pélvicos están sujetos tanto por la musculatura del suelo pélvico como por diferentes ligamentos y es importante mantenerlo tonificado. Si tenemos un suelo pélvico debilitado o nuestros ligamentos se han dado de sí por distintas presiones que vamos haciendo en nuestro día a día, los órganos pueden ir cayendo hacia la vagina. Dependiendo de en qué nivel esté el órgano prolapsado se hablará de un grado u otro:

Grado 1: es el grado más leve. El órgano cae y queda a un centímetro sobre el himen.

Grado 2: el órgano queda un centímetro por encima o por debajo del himen.

Grado 3: el descenso es mayor de un centímetro por debajo del himen pero no llega a ser completo.

Grado 4: el órgano está completamente fuera de la vagina. Este tipo de prolapso no se reduce.

El síntoma más habitual de los prolapsos, explica la fisioterapeuta colaboradora de la empresa Intimina, es la pesadez vaginal. Es decir, cuando tenemos la sensación de que algo está presionando o empujando hacia la vagina, parecido a la sensación de un tampón mal puesto. Otros síntomas menos habituales son la incontinencia urinaria, que nos cueste orinar, el estreñimiento o el dolor. En algunos casos, sobre todo cuando el prolapso es de grado 1, puede que no tengamos ningún síntoma.

Las principales consecuencias de sufrir un prolapso van de la mano de la sintomatología: incontinencia urinaria, estreñimiento y dolor o molestias, incluso se podrían desencadenar infecciones. En caso de que el órgano prolapsado sea el útero puede derivar en infecciones en el cuello uterino, que puede sufrir daños o rozaduras y provocar pequeños sangrados.

Tratamientos

El tratamiento del prolapso dependerá del grado de la lesión. Con el adecuado es posible reducir o incluso eliminar los síntomas del prolapso, pero por lo general el órgano nunca volverá a subir a su posición original.

Para los grados 1 y 2 se recomienda el tratamiento con fisioterapeutas especializados, con ejercicios y otras herramientas terapéuticas. También son fundamentales los ejercicios de respiración, el cambio de hábitos en el caso de que haya estreñimiento, valorar postura y una buena gestión de las presiones abdominales que hacemos a la hora de coger peso o estornudar.

Los prolapsos de grado 3 y 4 son más susceptibles de cirugía, que debe ir acompañada de un tratamiento de fisioterapia para saber qué es lo que genera la presión sobre el órgano y evitar recaídas.