El Dr. Nicolás Mendoza Ladrón de Guevara es presidente de la Asociación Española para el Estudio de la Menopausia (AEEM):
“Este es el momento de la vida de la mujer caracterizado por el cese de la menstruación y que inicia una etapa que se conoce como climaterio. Representa la transición entre el período fértil y la vejez. A pesar de no ser una enfermedad provoca, en la mayoría de las mujeres, síntomas molestos que alteran la dinámica social y laboral. Se sitúa alrededor de los 51,4 años con un espectro que va de los 48 a los 54 años y por esta etapa pasan el 90% de las mujeres.
La pérdida hormonal no se suele producir de manera brusca. En la mayoría suele darse un primer período conocido como perimenopausia, tiempo de transición, durante un tiempo aproximado de unos 5 años, aunque puede ser más corto y precoz en mujeres fumadoras y sujetas a estrés, al igual que en mujeres operadas de útero y ovarios.
Así, en la perimenopausia se producen diferentes cambios, que pueden afectar al ritmo físico, como la prolongación de la etapa entre menstruaciones, los síntomas vasomotores, la sequedad en la piel y mucosas (también en la vagina), el cambio en la distribución de la masa corporal y el inicio de un incremento en el ritmo de pérdida de la masa ósea. También hay alteraciones en aspectos psicológicos de su vida, produciéndose cambios emocionales como depresión, ansiedad o pérdida de la capacidad de atención.
Trastornos asociados
Aunque la menopausia es un proceso natural, en muchas mujeres pueden aparecer síntomas incómodos como las sofocaciones. Los sofocos se manifiestan como una repentina sensación de calor en la parte superior del cuello, cara y tórax y se acompañan de sudoración y palpitaciones. Se suelen asociar con insomnio y ansiedad, lo que ocasiona fatiga y falta de concentración durante el día, alterando la calidad de vida. Aunque tienden a desaparecer con el tiempo, en un 20% de las mujeres persiste durante más de 5 años.
La falta de estrógenos que acompaña a la menopausia también puede ocasionar sequedad vaginal y disminución del deseo sexual. En este periodo parece iniciarse, también, un cierto deterioro cognitivo y aunque la mayoría de las mujeres relacionan la menopausia con la tendencia a ganar peso, lo que suele ocurrir es que cambia la composición corporal con una mayor proporción de tejido graso que, además, tiende a acumularse en el abdomen.
Finalmente, aumenta el riesgo de desarrollar enfermedades que aparecen años más tarde como las cardiovasculares y la osteoporosis, por lo que este es un momento óptimo para establecer las medidas preventivas.
Sexualidad
Con frecuencia, muchas mujeres tienden a pensar que con la menopausia su vida sexual va a cambiar, empeorando sustancialmente o incluso a desaparecer. Es cierto que la falta de estrógenos a veces produce sequedad vaginal, lo que genera una vida sexual incómoda. No obstante, la falta de lubricación en el coito es fácilmente tratable con productos específicos que ayudan a mejorar este problema.
Otras mujeres, entienden que la menopausia puede conllevar una disminución de la líbido o falta de apetito sexual. Sin embargo, la disminución hormonal no siempre es un factor determinante de estos síntomas, ya que una relación sexual satisfactoria depende también de factores educacionales y sociales. Por el contrario, muchas mujeres, ya libres del fantasma de un embarazo no deseado, logran vivir más plenamente su sexualidad”.