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Medicina de la calidad de vida, antienvejecimiento y prevención

Dr. José Serres. Antienvejecimiento

El Dr. José Serres, cirujano y presidente de la Sociedad Española de Medicina antienvejecimiento y Longevidad (SEMAL), indica que: “la Medicina Antienvejecimiento es preventiva, trata de la calidad de vida y, en lo posible, del aumento de la longevidad, por lo tanto tiene relación directa y confluye con todas especialidades médicas, ni que decir tiene con la Ginecoestética Regenerativa y Funcional, porque todos los órganos del cuerpo tienen que ver con el proceso del paso del tiempo y del envejecimiento del organismo, que conlleva una serie de alteraciones, tanto químicas como hormonales, que impregnan absolutamente todo. Por otro lado, también hay una íntima relación con las más recientes novedades, como pueden ser el radiodiagnóstico de última generación, genética o la medicina biónica”.

Mujer actual y envejecimiento, calidad de vida y longevidad saludable

Sobre estos tres conceptos básicos del antiaging el presidente de la SEMAL dice: “básicamente y es una premisa importante, se sabe que las mujeres viven más que los hombres, este incremento suele rondar entre los 4 años y medio y los 5 años. La esperanza de vida en los hombres está en los 79 años y medio y en las mujeres en los 84 y medio. En este aumento de longevidad, parece ser que el aspecto hormonal influye mucho. Hubo una época en que las mujeres llevaban una vida muy distinta a la de los hombres: no fumaban y en general hacían una vida más saludable y, ahora, cuando esa brecha se va igualando, surgen problemas que hasta hace no tanto tiempo no se registraban para ellas”.

“Síndrome de la mujer agotada”

Afirma el Dr. Serres que: “la sociedad actual conlleva una situación de estrés y cambios continuos, incluso con el cambio climático y la contaminación ambiental, con todo ello podemos decir que estamos atacados por todas partes”. El “Síndrome de la mujer agotada” o como se conoce en inglés “Tired all the time” (TATT), lo experimentan quienes viven un agotamiento extremo por sus distintas y múltiples responsabilidades o las exigencias que necesitan cumplir por este tipo de vida competitivo y estresante. Para combatirlo se necesitaría un cambio de mentalidad y nuevos hábitos de vida para reenfocar la energía y disminuir el estrés cotidiano.

A todo esto le tenemos que sumar que hay una serie de enfermedades que pueden causar este cansancio exagerado, como son: la diabetes, anemia, apnea del sueño, depresión, fibromialgia, patologías cardiovasculares, infecciones (ahora con la COVID se están viendo problemas de fatiga crónica), alteraciones tiroideas, todas ellas enfermedades que tienen que estar perfectamente diagnosticadas y controladas por los especialistas para poder combatir sus síntomas y conseguir una mejor calidad de vida.

Las causas más probables de este síndrome son las fluctuaciones hormonales, variaciones bioquímicas en el cerebro, problemas emocionales en su vida personal y un nivel de estrés elevado.

El tratamiento, indudablemente, a parte del control médico hormonal, sería mantener el estrés en unos niveles aceptables y cuando no se sea capaz de ello se debe acudir a un psicólogo.

Además, es necesario añadir que a partir de cierta edad no se absorben de igual forma las vitaminas, los minerales, los ácidos grasos, oligoelementos, ni siquiera las digestiones se realizan de igual manera, por lo que es necesario suplementar, fundamentalmente, con vitamina D y otras sustancias que elevarán nuestras defensas.

La Medicina Preventiva y tratamientos

Los temas de tratamiento hormonal son temas clave que en cursos y congresos, como los de SEGERF o SEMAL siempre se recogen, porque con el paso del tiempo se va produciendo un déficit hormonal de estrógenos y de testosterona y se necesita reponerlos con terapias hormonales, previa comprobación analítica personalizada, bien sea con testosterona en bajas dosis, estrógenos, progesterona y lo que conlleva todo el eje o sistema hipotálamo-hipofisario. Ahora están muy en boga los tratamientos con pellets, aunque también hay otras posibilidades de administración: inyecciones, gel transdérmico… dependiendo del paciente y la indicación del especialista.