La Dra. Marta Recio que es ginecóloga y sexóloga, trabaja en la Policlínica Nuestra Señora del Rosario (Ibiza) y es contundente al hablar de este tema: “la incontinencia de orina es un problema muy frecuente y muchas veces infradiagnosticado, porque a la mujer se le ha enseñado a “normalizar” esta condición, sobre todo tras procesos como el parto o la menopausia”.
Diferentes tipos de incontinencia
“Existen diferentes tipos de incontinencia de orina, cada uno con un origen y, por tanto, con un tratamiento. La incontinencia de orina de esfuerzo y la de urgencia son las más frecuentes, frente a otras como la incontinencia por rebosamiento o la funcional”, aclara la especialista. “Sea cual sea la causa, esta situación supone una seria afectación para la calidad de vida y el bienestar íntimo de la mujer, y, por ello, merece ser estudiado y tratado.
Hemos de recordar que la base de todo tratamiento comienza con unos cambios en los hábitos de vida, como evitar el ejercicio de impacto, los excitantes como el té y el café, y el tabaco, aumentar el ejercicio, mantener una correcta ingesta hídrica y realizar micciones en intervalos adecuados. La hidratación vulvo-vaginal con hidratantes hormonales y/o no hormonales será esencial cuando la incontinencia se asocia al síndrome genitourinario de la menopausia. Por otro lado, la fisioterapia será otro de los pilares fundamentales para ayudar a tomar conciencia del suelo pélvico, fortalecerlo y saber protegerlo frente a los impactos.
Centrándonos en una de las incontinencias más frecuentes, la de esfuerzo, causada por una debilidad del suelo pélvico que no puede soportar el aumento de la presión intrabdominal producida ante un esfuerzo, como toser o saltar, siempre ha tenido como tratamiento gold standar la corrección quirúrgica mediante cinta suburetral. Sin embargo, las posibles complicaciones de la técnica y la reticencia de algunas mujeres a operarse, han creado la necesidad de encontrar nuevos recursos, en los que la ginecología regenerativa ha cobrado gran interés”.
Soluciones y tratamientos
Preguntada acerca de los procedimientos a realizar en la clínica y con resultados eficaces, la doctora dice: “el láser vaginal se ha posicionado como uno de los tratamientos más eficaces, principalmente el láser CO2 y el láser de Erbio. Con la aplicación en la cara anterior vaginal de su luz, se consiguen alcanzar temperaturas a nivel del epitelio del 40º o 60ºC lo que conduce a la neocolagenogénesis, la estabilización de la elastina, la remodelación de la lámina propia y de la matriz extracelular lo que determina el tensado vaginal”.
“En ciertos casos, existe una incontinencia”, explica la especialista, “producida por la deficiencia intrínseca del esfínter uretral (IUE), que puede ser idiopática o secundaria a procesos como cirugía pélvica, radioterapia o traumatismos. En estos casos, el láser intrauretral de Erbio, mediante la aplicación con una cánula especial, parece ser eficaz gracias a un mecanismo de regeneración y reparación del colágeno de la submucosa uretral, aunque aún hay pocos estudios realizados.
Otro de los tratamientos más usados para corregir la IUE es la radiofrecuencia intravaginal. El mecanismo de acción sería semejante al láser por su acción bioestimulante y térmica, si bien tiene menos evidencia científica. Su asociación al Plasma Rico en Plaquetas (PRP) podría ser una opción más completa según los últimos estudios, ya que este aumentaría la capacidad regenerativa de reparar el daño de los ligamentos suburetrales y protenciar la efectividad del tratamiento.
Además del PRP, existen agentes inyectables no autólogos tipo bulking que también son usados para mejorar las sujeciones ligamentarias uretrales. En este caso la aplicación es dirigida mediante un cistoscopio, depositando el agente de relleno en la submucosa uretral.
Se están desarrollando procedimientos que simulen a la cinta suburetral, pero siendo mínimamente invasivos, como es el caso de los hilos tensores. La técnica consiste en aplicar por vía vaginal los hilos a modo de rejilla en la zona para y suburetral con la intención evitar la hipermovilidad uretral que conduce a la incontinencia”.