Tres millones y medio de personas sufren osteoporosis en nuestro país, según datos de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología. Una enfermedad crónica y degenerativa que se caracteriza por una disminución de la masa ósea que aumenta el riesgo de fracturas. Aproximadamente, el 90% de los casos se dan en personas mayores de 50 y es más frecuente en mujeres, lo que no quiere decir que no afecte en absoluto a los hombres.
Y por si todo esto no fuera suficiente la epidemia de COVID 19 ha vedo a agravar estas cifras, ya que según indica el ginecólogo, Santiago Palacios, “se han publicado entre 134 y 136 artículos sobre la relación entre osteoporosis y COVID y de ellos se puede desprender que, en este tiempo de pandemia ha habido un 40% menos de primeros diagnósticos y de entre las pacientes ya tratadas ha habido entre un 20 y un 30% menos de consultas. Además, el confinamiento y la falta de movilidad que conlleva intensifica la pérdida de masa muscular y equilibrio, lo que eleva el riesgo de fracturas óseas”.
También, el experto insistió en la necesidad de reiterar que los tratamientos son seguros en periodos de COVID y reivindicó la importancia de la telemedicina para no perder el contacto médico/paciente, en una enfermedad en la que las personas que la sufren indican que les falta información.
Factores de riesgo y prevención
Puede haber osteoporosis a todas las edades. No es una enfermedad que ocurra solo a partir de cierta edad, aunque sí que es lo más frecuente al tratarse de una enfermedad degenerativa de los huesos, por lo que podríamos decir que el mayor riesgo de la osteoporosis es cumplir años. Dicho de otra manera, si todos tuviéramos 100 años, hombres y mujeres, todos tendríamos osteoporosis y nuestros huesos se volverían tremendamente frágiles. Sin embargo, una chica de 30 años con una menopausia precoz puede padecerla, al igual que un hombre de 40 con una artritis reumatoide, explica el doctor. Y como factores de riesgo apunta: toma de corticoides, algunas enfermedades neurológicas, el sedentarismo, el tabaquismo… para todos estos casos existe una prueba para el diagnóstico de la enfermedad que se llama densitometría que evalúa el riesgo de fractura, que es el principal problema de la osteoporosis.
El experto apunta a la detección precoz y la prevención para limitar la enfermedad: intentar tener el mayor pico de masa ósea cuando somos jóvenes que alcanza su máximo a los 30 años y después empieza a disminuir lentamente, primero en mujeres debido a la menopausia y a un pico menor que en los hombres. Esto se consigue fundamentalmente con ejercicio físico, que estimula la formación de hueso, y con calcio, gracias a la buena ingesta de lácteos, y vitamina D, con exposiciones solares diarias de 15 minutos en cara y brazos. Estos tres hábitos con imprescindibles tanto antes de tenerla como durante y son la base de cualquier tratamiento que en ocasiones es necesario complementar con medicación.