La Dra. Paloma Tejero es directora de Estudios del Máster en Calidad de Vida y Cuidados Médico-Estéticos del Paciente Oncológico, de la Universidad de Alcalá de Henares y presidenta del Grupo Español de Medicina Estética Oncológica (GEMEON).
La Ginecoestética Regenerativa y Funcional puede ayudar a mejorar de forma muy importante la calidad de vida de muchas de las pacientes que tienen o han tenido procesos oncológicos. No olvidemos que los pilares del tratamiento son cirugía, radioterapia, quimioterapia e inmunoterapia. Tienen efectos adversos que producen sintomatología como menopausia precoz, atrofia vaginal, sequedad… y se suman a las secuelas de los tratamientos quirúrgicos.
Las demandas y necesidades de estas pacientes van en función de la patología, por ejemplo, las afectadas de tumores de mama tienen muy claro la necesidad de recuperar su imagen corporal y su calidad de vida, en la que la esfera sexual tiene también un importante papel.
En cada fase de la enfermedad las necesidades son diferentes. En el momento del diagnóstico, lo más importante es saber comunicar al paciente a qué proceso se va a enfrentar e informar lo más correctamente posible, sin olvidar la necesidad de preservar óvulos o de hacer tratamientos anticonceptivos por la teratogenicidad de los tratamientos.
Durante el tratamiento lo principal es fomentar la afectividad, el acompañamiento y la importancia del apoyo emocional. Y tras la fase de recuperación y restablecimiento, la ginecoestética regenerativa tiene mucho que aportar.
Lo primero que queda por hacer es concienciar a los profesionales de la salud, sobre todo a los distintos especialistas que tratamos con las pacientes para detectar problemas. Muchas enfermas los silencian, porque subyace la idea de que con haber salvado la vida es suficiente. En oncología el principal reto está claro que es la supervivencia, pero también y de forma cada vez más intensa la calidad de vida.
Crece la incidencia en cáncer, pero disminuye la mortalidad y para muchos se cronificará. Tenemos que adaptarnos a este nuevo concepto de paciente oncológico superviviente, con necesidades específicas y con ese objetivo de vivir más. Una cosa es sobrevivir al cáncer y otra también muy importante sobrevivir a los cambios en la imagen corporal, en la funcionalidad y en la aceptación de las nuevas situaciones. Los médicos tenemos que estar con los pacientes conociendo sus necesidades y abordándolas desde un punto de vista transversal.