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Impacto de las enfermedades crónicas en la sexualidad

Enfermedades crónicas en la sexualidad

Según indica la ginecóloga y sexóloga Dra. Raquel Tulleuda: “no podemos continuar ignorando ni la importancia de la sexualidad en la calidad de vida ni el impacto de las enfermedades crónicas en la sexualidad. Con esta ponencia pretendemos concienciar a los profesionales sobre la existencia de esta necesidad frecuentemente silenciada y dotarles de unas habilidades mínimas para su abordaje”, ha manifestado con motivo del 8º Congreso de Psoriasis que organiza el Grupo de Trabajo de Psoriasis de la Academia Española de Dermatología y Venereología que se desarrolla estos días en Madrid.

La Salud Sexual es, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), un estado de bienestar físico, mental y social en relación con la sexualidad que requiere, entre otros elementos, de la posibilidad de tener experiencias sexuales gratificantes. No obstante, aunque este concepto está reconocido e integrado en nuestro ordenamiento jurídico, según ha explicado la Dra. Tulleuda, “la sanidad desempeña un papel totalmente insuficiente en este ámbito y los médicos y sanitarios en general no recibimos formación adecuada para velar por la salud sexual de nuestros pacientes.”

En el ámbito afectivo-sexual, el paciente psoriásico con frecuencia se siente estigmatizado por la enfermedad. Tal y como ha indicado el Dr. Gregorio Carretero, dermatólogo de la AEDV experto en la materia, “según ciertos parámetros (gravedad de la psoriasis, edad, sexo, nivel educativo, potenciales efectos adversos de alguna medicación indicada para su enfermedad, etc.) el paciente psoriásico puede proyectar ese sentimiento negativo hacia sus sentimientos o percepción de sí mismo afectando a su autoestima y autoconfianza, lo que a su vez conllevará a la alteración en su esfera sexual, disminuyéndola o incluso anulándola por completo”.

Además, las personas con psoriasis tienen más riesgo de presentar otras comorbilidades asociadas, también relacionadas con disfunción sexual o disfunción eréctil.

Para la Dra. Raquel Rivera, otra de las dermatólogas de la AEDV que abordará esta temática, “es importante descartar afectación de zonas sensibles como la zona genital, mantener una comunicación fluida con el paciente, detectar comorbilidades que precisen abordaje específico para remitirles a los especialistas correspondientes y recomendarles estilos de vida saludables que ayuden a controlar enfermedades crónicas”.