Se espera que en los países desarrollados un 50% de las mujeres y un 20% de los hombres mayores de 50 años sufran en su vida alguna fractura por fragilidad ósea. La osteoporosis es un trastorno generalizado del esqueleto muy prevalente ─afecta a tres millones de personas en España─, en el cual existe una alteración de la resistencia ósea que predispone a la persona a un mayor riesgo de fracturas, especialmente en cadera, columna y muñecas. Es una de las enfermedades asociadas al envejecimiento, por lo que representa un problema de gran magnitud e importancia creciente. Estos datos se expusieron en la mesa “Nuevas Dianas Terapéuticas en osteoporosis y Vitamina D” del 41º Congreso de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI).
Multidisciplinariedad
Esto supone un gran reto para el sistema sanitario español, tanto desde una perspectiva económica como clínica y teniendo en cuenta, además, que convergen diversas especialidades. De hecho, debido a su prevalencia e implicaciones sociales y para la salud, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha definido a la osteoporosis como uno de los principales problemas de salud en los países de Occidente, incluyendo acciones específicas, tanto de atención primaria como secundaria, para disminuir sus alarmantes cifras.
En el pasado mes de octubre la Fundación Hispana de Osteoporosis y Enfermedades Óseas (FHOEMO) alertaba de que, “como consecuencia de las medidas tomadas para contener la pandemia de COVID-19, la mujer con osteoporosis ha visto a gravada su enfermedad” y la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO) indica que hasta el 25% de mujeres postmenopáusicas sufrirá esta patología.
Los principales factores de riesgo en osteoporosis son: la edad, la falta de estrógenos, algunas enfermedades y sus tratamientos.