Según señala el Dr. Santiago Palacios, presidente de la Fundación Hispana de Osteoporosis y Enfermedades Óseas (FHOEMO), “como consecuencia de las medidas tomadas para contener la pandemia de COVID-19, la mujer con osteoporosis han visto a gravada su enfermedad, entre otros motivos, a:
– La falta de actividad física, la consiguiente atrofia muscular y un déficit de vitamina D a consecuencia del confinamiento.
– Miedo a la COVID y abandono de las terapias.
– Consecuencia del confinamiento, aumento de las caídas en casa y aumento de las fracturas”.
Además, en relación con la pandemia y sus consecuencias sobre ciertos pacientes crónicos, el Dr. Palacios reitera que, “en estos momentos, en los que se han cancelado muchas consultas y se ha complicado el acceso a los centros de salud y a las consultas de hospitales, uno de los principales problemas a los que nos enfrentamos los profesionales es que los pacientes abandonen su tratamiento por falta de seguimiento. Por ello, es fundamental realizar un control exhaustivo de las personas que tienen osteoporosis diagnosticada y especialmente de los pacientes con un elevado riesgo de sufrir una fractura por fragilidad.
Si tenemos en cuenta que casi el 20% de la población española tiene 65 años o más, que la edad es uno de los factores que incrementa el nivel de fragilidad y que la mayoría de las fracturas ocurren en el hogar a consecuencia de caídas casuales o accidentes domésticos, es de esperar que una de las consecuencias del confinamiento sea un incremento de las fracturas por fragilidad”.
Las cifras de la osteoporosis
La osteoporosis es una enfermedad crónica que afecta a más de 300 millones de personas en el mundo y causa más de 8,9 millones de fracturas, lo que se traduce en una fractura cada tres segundos. En España, cerca de 3 millones de personas sufren esta patología ósea, la mayor parte de las cuales son mujeres. En concreto, el 22,5% de las mujeres y el 6,8% de los hombres mayores de 50 tienen osteoporosis, lo que provoca alrededor de 330.000 fracturas por fragilidad por año, una cifra que podría llegar a las 420.000 fracturas en 2030, por el progresivo envejecimiento de la población.
Por este motivo, la Fundación Hispana de Osteoporosis y Enfermedades Metabólicas óseas (FHOEMO), junto con la Sociedad Española de Investigación Ósea y Metabolismo Mineral (SEIOMM), la asociación de pacientes AECOSAR y la colaboración de la biotecnológica Amgen y la biofarmacéutica UCB, lanza #206razones, una campaña que recuerda a la población la importancia del cuidado de la salud ósea para prevenir las fracturas por fragilidad, la consecuencia más grave de la osteoporosis.
Prevención
Para el Dr. Santiago Palacios, “las fracturas por fragilidad son prevenibles y no se debe permitir ni el sufrimiento innecesario a las personas con factores de riesgo ni el elevado coste que suponen para el sistema sanitario. Por ello, otro de los objetivos de esta campaña es hacer hincapié en la importancia de tener identificados a los pacientes que ya han sufrido una fractura por fragilidad para garantizar la continuidad de los cuidados y, sobre todo, para vigilar la adherencia al tratamiento, porque estas personas tienen un riesgo cinco veces mayor de tener una segunda fractura al cabo de un año. Para ello, la creación de más Unidades de Fractura se convierte en una estrategia indispensable”.