Los profesionales de Clínica Tufet indican que: “la disfunción sexual femenina es un trastorno que se produce cuando hay un cambio significativo en el comportamiento sexual habitual de la mujer y es bastante más común de lo que parece.
Síntomas
Según revela una encuesta realizada por la Universidad de Chicago, en Estados Unidos el 43% de las mujeres entre 18 y 59 años ha experimentado algún tipo de disfunción sexual a lo largo de su vida. El 21% de las mujeres entre los 18 y los 29 años asegura que sufre algún tipo de dolor durante la relación sexual, mientras que el 27% habla de experiencias poco placenteras. La Dra. Silvia González, ginecóloga del Instituto Velázquez de Madrid relata que el 45% de la población mundial femenina tendrá disfunción sexual tras la menopausia.
Los síntomas son comunes: falta de interés en iniciar o participar en actos sexuales, falta de receptividad a la actividad sexual y la ausencia de pensamientos sexuales o fantasías lo que conlleva a posponer o evitar las relaciones sexuales. Ello va ligado a la incapacidad para disfrutar del coito afectando a la calidad de vida y a las relaciones personales.
La disfunción sexual femenina (DSF) se puede clasificar en cuatro áreas en las que las mujeres presentan dificultades:
- Disfunción del deseo,
- Trastorno de la exitación sexual
- Dolor asociado con el coito (dispareunia y el vaginismo)
- Orgasmo
Diagnóstico
Las pruebas que se realizan para diagnosticar la disfunción sexual femenina, van orientadas a detectar si se debe a causas físicas o psicológicas. Se realizarán exámenes para determinar si la paciente padece diabetes, insuficiencia cardiaca, trastornos nerviosos o problemas hormonales. Por otro lado, también se estudiará si sufre estrés o ansiedad, incluso, si consume algún tipo de drogas, ya que éstas pueden disminuir el deseo sexual.
Tratamientos
Existen alternativas de tratamiento hasta ahora desconocidas que pueden mejorar el aspecto físico y muchas veces psicológico de la mujer. El área genital, al igual que el resto del cuerpo es susceptible a los cambios que produce el envejecimiento. Disminución de tono vaginal tras el parto conlleva a relaciones sexuales menos placenteras.
La llegada de la menopausia acompañada del déficit estrogénico deriva en sequedad vaginal y con ella la disminución de la lubricación. Todo ello deriva de nuevo en relaciones sexuales menos placenteras.
Los tratamientos para el embellecimiento y la funcionalidad genital pueden ayudar a prevenir la disfunción sexual:
- Gel antioxidante de ácido hialurónico: formulado especialmente para preservar la salud íntima de la mujer. Este tratamiento se hace de forma similar a los rellenos faciales, con aplicación previa de anestesia tópica en la zona y tiene como objetivo mejorar la vida sexual. Su objetivo es la hidratación de la vagina combatiendo la sequedad de la misma.
- Aumento y definición del punto G: mejora de la satisfacción sexual por parte de la mujer.
- Hiperhidrosis genital: disminución de la sudoración en la zona genital.
- Rejuvenecimiento genital con Plasma Rico en plaquetas: aumenta factores de crecimiento epidérmico del área tratada y mejora la atrofia vaginal.
- Resurfacing genital: ablación del epitelio genital para renovar el aspecto externo a la vez que el efecto térmico generado por el láser, crea nuevo colágeno en los tejidos que ocasiona mayor tensión en la zona tratada.
- Carboxiterapia genital: mejora de la coloración de los genitales por revascularización, la sensibilidad de la zona lo que significa mejor calidad de orgasmo, la microcirculación en la zona tratada determinando mejor lubricación.
- Radiofrecuencia de canal vaginal para tratar el tono vaginal.
- Radiofrecuencia del área genital externa para tratar la turgencia vaginal.