La relación de las hormonas y su equilibrio a veces puede ser un poco complicada porque, aunque se crea que no ha habido cambios en el estilo de vida y no hay razón aparente para que puedan estar alteradas, la realidad es que con la más mínima acción ese equilibrio puede verse comprometido, explica la ginecóloga Marta Sánchez-Dehesa.
La dieta, el estar cerca de comenzar la menopausia, cambiar el método anticonceptivo…, son muchos los factores que pueden hacer que se descontrolen las hormonas. Incluso el clima, porque con el inicio del cambio de estación, los días se hacen más largos y también llega el frío. El otoño y el invierno pueden infligir una serie de efectos fisiológicos en el organismo, así que, puede haber una sensación como de estar un poco apagada, tanto física como mentalmente, es importante tener en cuenta que el tiempo puede tener mucho que ver.
Relación con las hormonas
Las hormonas son los mensajeros químicos del cuerpo, secretadas directamente desde la sangre, llegan a los tejidos y órganos, son las responsables de coordinar procesos como el crecimiento, el metabolismo, la fertilidad y el comportamiento.
Los meses que están por venir son el periodo del año en el que menos luz solar se recibe, ya que los días son más cortos y el cielo se presenta más nublado, lo que afecta negativamente en los ritmos circadianos.
Estos son los relojes biológicos internos que regulan una serie de funciones del cuerpo y, por ejemplo, con la falta de luz solar en la mañana pueden verse desregulados induciendo a una producción más temprana de melatonina, comúnmente conocida como la “hormona del sueño”. El resultado es una sensación de pereza y letargo que afecta a la productividad y bienestar general.
Otra hormona que puede verse afectada con la reducción de horas solares es a serotonina, una sustancia química cerebral clave para el bienestar emocional. Presentarla en niveles bajos puede contribuir a padecer Trastorno Estacional del Estado de Ánimo (TEEA).
Es importante destacar que las mujeres parecen ser hasta cuatro veces más susceptibles al TEEA que los hombres, debido a las fluctuaciones hormonales que experimentan las hormonas sexuales femeninas, como el estrógeno y la progesterona.
Por otro lado, los hombres pueden notar el desequilibrio hormonal con una disminución de la libido. Esto se debe a que la producción de testosterona tiende a disminuir durante los meses más fríos, traduciéndose en falta de concentración, menor energía y problemas de sueño.