Cáncer de cérvix, segundo cáncer más frecuente en mujeres
El cáncer de cuello uterino es el segundo cáncer más frecuente en mujeres después del de mama, con una incidencia de 604.127 casos nuevos en el año 2020 en todo el mundo y alrededor de 2.000 en España según datos de la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC). Sin embargo, no es uno de los que presenta mayores índices de mortalidad.
En los últimos años tanto la detección de nuevos casos como la mortalidad del cáncer de cérvix han disminuido un 50%, como indica la American Cancer Society en enro de 2021, lo que confirma que además de ser necesario dar continuidad a los protocolos de abordaje que están siendo efectivos, se necesita concienciar a la población general sobre cómo actuar ante un caso de positividad al VPH para conseguir bajar más aún estas cifras.
El VPH causa el 99% de los cánceres de cérvix
El origen principal de esta patología se produce por la infección por VPH, que se transmite por contacto sexual. A pesar de la alta incidencia, se trata de un virus que suele ser eliminado de manera espontánea, es decir, en la mayoría de los casos el virus desaparece, sin causar ninguna manifestación clínica. En el 90% de los casos, el propio sistema inmunológico es capaz de resolver la infección. En el 10% restante, la infección persiste, pudiendo desembocar en la aparición de lesiones precancerosas, y en última instancia, evolucionar a varios tipos de cáncer, entre ellos, a cáncer de cuello de útero.
De cara a evitar el contagio y la persistencia del VPH y, por tanto, el riesgo de desarrollo de cáncer de cuello de útero, existen algunas medidas que se pueden poner en práctica:
– La importancia de la prevención de la infección, existen vacunas eficaces y seguras. Una de las vías fundamentales de prevención del virus es la vacunación, gracias a la cual, en algunas décadas, se minimizará notablemente la posibilidad de infección y por tanto de casos de cáncer de cérvix. En el caso de España, la vacuna frente al VPH está incluida en las cartillas de vacunación de las niñas desde el año 2007.
– Uso del preservativo. El preservativo masculino reduce la posibilidad de transmisión del VPH, aunque no la elimina totalmente, entre otras razones por que no cubren todas las áreas corporales que pueden estar infectadas. Una reducción que se ha observado tanto en hombres como en mujeres, por esa razón es muy importante utilizar de forma correcta el preservativo en cada encuentro sexual.
– Protección frente a infecciones. Cuando el sistema inmunitario está debilitado, cualquier persona es más proclive a padecer infecciones, incluyendo la de VPH. Por este motivo se recomienda intentar mantenerse lo más saludable posible, a través de una buena alimentación rica en fibra y vitaminas, y baja en grasas. Además, es importante mantener unos correctos hábitos de sueño y práctica deportiva habitual con el fin de controlar el estrés, ya que este disminuye las defensas inmunitarias.
– Eliminar el hábito de fumar. Es una de las principales medidas indicadas por los ginecólogos a las mujeres infectadas, y una de las más efectivas. El tabaco perjudica las células epiteliales y como resultado el cérvix se muestra más sensible.
De forma paralela, y como existen casos en los que el organismo no logra resolver la infección de forma espontánea, indican especialistas del laboratorio Procare Health, especializado en salud de la mujer, es fundamental realizar pruebas para la detección temprana. Existen las pruebas de cribado (ya sea la citología vaginal – test de Papanicolau-o la prueba de detección del VPH) que consisten en detectar tempranamente la aparición de cualquier lesión anormal en el cuello del útero. En este sentido, se recomienda la utilización de esta prueba a partir de los 25 años que debe aplicarse al menos hasta los 65 años.