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Tratamientos combinados: láser y radiofrecuencia

Los Dres. Juan José Escribano y Gloria Rodea son responsables de la Unidad de Ginecología Regenerativa de Instituto Médico Láser (IML). Hablan sobre la importancia de la combinación de tratamientos en su especialidad y las sinergias creadas entre el láser y la radiofrecuencia.

El láser es un dispositivo que otras especialidades médicas (Dermatología, Cirugía Plástica, Medicina Estética…), vienen utilizando ya desde hace muchos años con gran éxito y beneficio para los pacientes y, desde hace 10 ó 12 años, esas ventajas las hemos incorporado al campo de la Ginecología Regenerativa.

Básicamente los tipos de láser utilizados son dos: de CO2 y el de Erbio y su uso optimiza los resultados para el llamado síndrome genitourinario de la menopausia (atrofia vaginal) y todo un conjunto de síntomas que sufre la mujer en este periodo de su vida y que puede llegar a representar el 40% de la población femenina en esta etapa.

El láser estimula toda la zona vaginal tratada, regenera el tejido mediante el efecto del calor y con ello se mejoran todos los síntomas, que son muchos y variados (atrofia, sequedad vaginal, dolor en las relaciones sexuales, escozor y/o sangrado). También y dentro de la esfera ginecológica para indicaciones como: la incontinencia urinaria y la hiperlaxitud vaginal.

La radiofrecuencia es otro dispositivo que, igualmente, se basa en la transmisión de energía electromagnética y que también, gracias al efecto calor, produce un mayor estímulo de la zona y propicia la llegada de células (como son los fibroblastos), para favorecer la formación de colágeno, elastina, ácido hialurónico, además de aumentar la vascularización lo que, en definitiva, mejorará y regenerará todo el tejido tratado. Es lo que en la literatura anglosajona se conoce como “Rejuvenecimiento vulvovaginal” y la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO), generalmente denomina como “Regeneración” porque lo que se produce es la reactivación del tejido y la mejora del trofismo.

Combinación de tecnologías

La unión de estos dos dispositivos es un tratamiento relativamente novedoso y la suma de los dos potencian su acción para mejorar la clínica de las pacientes. Son tecnologías diferentes que buscan un objetivo común, utilizar el calor para mejorar el trofismo del aparato genital femenino y en las tres patologías mencionadas: incontinencia urinaria de esfuerzo leve o moderado, hiperlaxitud o en el síndrome genitourinario de la menopausia. Se suele recomendar una sesión cada 3 ó 4 semanas. Son tratamientos que son muy cómodos para la paciente porque se realizan de forma ambulatoria, sin necesidad de anestesia o preparación especial y con efectos secundarios muy leves que no van más allá de ligeras irritaciones o pequeña sensación de calor.

Hay empresas que ya han unificado las dos tecnologías en un solo aparato, están ya aprobados y avalados por las asociaciones científicas y dentro de los protocolos de las Sociedades de Ginecología para casos determinados, porque los ginecólogos sabemos que este tipo de tratamientos son complementarios a los que ya utilizamos habitualmente en la clínica y los profesionales tenemos la obligación de explicar a las pacientes que además de la terapia habitual, existen otros que le van a mejorar sus patologías.

Los resultados que se están observando en congresos y reuniones profesionales son cada vez más satisfactorios pero, bien es verdad que, todavía existe poca literatura y se necesita tiempo y práctica que los reafirmen.