Según explica el Dr. Luís López Tallaj, cirujano plástico y miembro de la Sociedad Española de Medicina Antienvejecimiento y Longevidad (SEMAL): “durante mucho tiempo se ha contemplado la menopausia como como el fin de su juventud, de su vitalidad y de la vida sexual. Sin embargo, los avances en el estudio de los tratamientos hormonales sustitutivos, así como sus buenos resultados, avanzan hacia un nuevo concepto de la mujer madura y la terapia con hormonas biodénticas puede dar lugar a una nueva revolución femenina, del control de la natalidad al freno al envejecimiento.
Tratamiento con hormonas bioidénticas
El tratamiento hormonal sustitutivo más tradicional, en este caso femenino, consiste en reemplazar las hormonas que no se producen una vez comenzada la menopausia, para reducir los síntomas propios del proceso, como los sofocos, la sequedad vaginal o los cambios en el estado anímico. Los estrógenos, la progesterona y la testosterona se administran en esta fase de la vida de la mujer de menor a mayor dosis, según se vayan observando los efectos del proceso.
Sin embargo, cuando llega el climaterio ya es tarde. La terapia hormonal debería iniciarse en la premenopausia. Aunque siempre dependerá de los estudios particulares que se realice a cada paciente, tanto hombres como mujeres, se debería iniciar la suplementación desde que haya un declive en la función psicosomática, estado de ánimo y capacidad intelectual, que deberá alertar de que algo anda mal. Y esto ocurre generalmente a partir de los 40 años o cerca de la premenopausia y preandropausia.
Un tratamiento con hormonas bioidénticas quiere decir que las hormonas con las que se reemplaza a las perdidas con el paso del tiempo son químicamente idénticas a las que el cuerpo produce. Estas bioidénticas se encargan, tras un estudio individualizado y al ser iguales a las que se producen en nuestro cuerpo a contribuir en mantener la fuerza muscular, el estado ánimo, la función metabólica y la capacidad de pensar, recordar y razonar. Su mejora de la función sexual se debe a que se unen de manera normal a los receptores que la reconocen de inmediato produciendo un aumento inmediato de la libido y los orgasmos.
Administración
El tratamiento hormonal se puede administrar en distintos formatos, en pastillas, gel, chips, o pellets, lo último y más efectivo de este arsenal de suplementos. Este implante subcutáneo es muy cómodo para las pacientes, que pueden esperar entre cinco o seis meses para cada reemplazo. Es indoloro y no entra en contacto con otras partes del cuerpo, como sucede con el gel. Sus efectos pueden sentirse en un par de días y aumentan a medida que se va liberando en el torrente sanguíneo. Se aplica en la grasa de la cadera mediante una pequeña incisión, de manera ambulatoria en tan sólo 5 minutos bajo anestesia local. No precisa de ningún tipo de convalecencia. La dosificación dependerá de la contextura de cada mujer. Según peso y estatura existen presentaciones de 80, 100 y 125 mg.
Pruebas rigurosas
Cualquier tratamiento se lleva a cabo tras rigurosas pruebas. Se trata de descartar, sobre todo, posibles efectos secundarios en pacientes de cualquier sexo que presenten algún tipo de patología previa. Si bien se han achacado problemas de salud a pacientes de terapia hormonal, no existe ningún estudio concluyente. Desde la prestigiosa Clínica Mayo se afirma que este tratamiento resulta cardioprotector y en la mujer ayuda a frenar la osteoporosis. Los estrógenos en la mujer ejercen un papel importante en el mantenimiento o protección del endotelio o capa intima de las arterias coronarias del corazón.
Los riesgos, fundamentalmente el que la asocia la terapia hormonal es el cáncer, podrían proceder, según lo publicado por Clínica Mayo, del momento en el que se inicia el tratamiento, siendo mayor si se tiene lugar más tarde de los 60 años o en una vez transcurrida una década desde que comenzara la menopausia.