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Relación entre desequilibrio hormonal y obesidad

desequilibrio hormonal

Dentro del marco del Día Europeo de las hormonas, la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN), quiere resaltar el impacto significativo que la obesidad puede tener en el desequilibrio hormonal. “Desde hace años se conoce que existen algunas hormonas estrechamente relacionadas con la obesidad de una manera bidireccional. La obesidad puede alterar los niveles y las acciones de diferentes hormonas y, a su vez, las hormonas controlan procesos directamente vinculados con la obesidad”, asevera la Dra. Ana de Hollanda, coordinadora del Área de Obesidad de la SEEN. Las hormonas son mensajeros químicos producidos por las glándulas endocrinas que circulan por la sangre y se unen a receptores específicos en diferentes órganos y tejidos del cuerpo. Además, este desequilibrio hormonal altera procesos esenciales como el crecimiento y la reproducción, el metabolismo de la glucosa, las grasas, la respuesta inmunitaria, el sueño y el estado de ánimo, entre otros.

Factor de riesgo

La obesidad puede provocar diferentes trastornos endocrinos: entre el 25% y el 50% de las personas con obesidad tiene resistencia a la insulina, lo que puede derivar en diabetes tipo 2, así como en complicaciones relacionadas con la enfermedad. Asimismo, la obesidad es un factor de riesgo para el desarrollo de patologías crónicas como las enfermedades cardiovasculares (coronarias, insuficiencia cardíaca y accidente cerebrovascular), respiratorias (síndrome de apnea del sueño y asma), musculoesqueléticas (osteoartritis) e incluso tumores como el cáncer de mama, colon, hígado y endometrio.  

Las personas con obesidad normalmente presentan una gran alteración de diferentes sistemas hormonales que puede tener consecuencias patológicas. “La obesidad se caracteriza por una acumulación excesiva de grasa en el organismo fundamentalmente en el tejido adiposo y cuando este último se satura infiltra los órganos. En la obesidad se alteran los niveles circulantes en sangre de diferentes hormonas como la leptina, la adiponectina (producidas por el tejido adiposo), la hormona del crecimiento, la ghrelina, la insulina o la testosterona, entre otras”, manifiesta la Dra. de Hollanda. Además, la obesidad puede inducir a un estado de resistencia al funcionamiento de estas hormonas, es decir, las células y los tejidos que deben responder a la acción de estas no lo hacen de manera apropiada (por ejemplo, a la insulina).

La Dra. de Hollanda destaca que otras alteraciones hormonales, como el déficit de la hormona tiroidea, el exceso del cortisol y de la hormona del crecimiento se pueden asociar a un incremento de peso y a la obesidad. Asimismo, el descenso de las hormonas gonadales por enfermedades o en la menopausia y las alteraciones hormonales en el síndrome de ovario poliquístico también se asocian a aumento de peso y cambios en la composición corporal que favorecen la acumulación de grasa. Otras hormonas como la vitamina D se pueden ver afectadas también por la obesidad y, en consecuencia, la parathormona, reguladora del metabolismo óseo.