El sangrado menstrual abundante (SMA) es un problema de salud que afecta al 27,2% de las mujeres en Europa, de las cuales solo el 54% acuden al ginecólogo. En España la cifra disminuye, pues se estima que menos de la mitad de las mujeres con este trastorno van por iniciativa propia a consulta, normalizando las reglas abundantes como una fase más de la evolución de su vida reproductiva. Así se destaca en el artículo “Actualización sobre el sangrado menstrual abundante” publicado en la revista oficial Progresos de Obstetricia y Ginecología de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO).
Este problema tiene una gran repercusión en la mujer ya que impacta directamente en su calidad de vida a causa del alto nivel de sangrado, los dolores que provoca y, a menudo, por la anemia que generan las reglas abundantes. De hecho, muchas mujeres renuncian a numerosas actividades cotidianas como practicar deporte, ir a la playa o a la piscina, o vestir ropa de color blanco. Y es que se calcula que 4 de cada 5 manchan la ropa y 7 de cada 10 sufren ansiedad.
“En primer lugar, hay que decirles a las mujeres que consulten cuando sus reglas afecten a su calidad de vida, porque hay muchas opciones para mejorarla”, afirma el Dr. Fernández Parra, jefe de Servicio de Obstetricia y Ginecología del Hospital Universitario Virgen de las Nieves y uno de los autores del artículo, quien incide en que “es llamativo observar cómo, tras recibir tratamiento, estas pacientes comentan que les ha cambiado la vida. Por eso es imprescindible iniciar un diagnóstico y establecer el tratamiento adecuado para cada caso”.
Opciones mínimamente invasivas
Tradicionalmente, han existido dos tipos de tratamiento para la menorragia: el farmacológico (no hormonal y hormonal) y, cuando este no estaba indicado o no era eficaz, la histerectomía, una intervención quirúrgica por la cual se extirpa el útero de la mujer. A partir de ahí, se han ido desarrollando técnicas menos invasivas que ayudan a mejorar la calidad de vida de las mujeres con menorragia, ofreciendo una alternativa para aquellas mujeres que no toleran o en las que no están indicados los tratamientos hormonales, y que quieren preservar su útero.
Ante la evidencia demostrada por datos publicados en varios estudios, la SEGO explica que la ablación endometrial de segunda generación es una opción para las mujeres que no quieren tratamientos hormonales y buscan soluciones definitivas para su enfermedad, o en casos en los que estos no están indicados o no son efectivos.
Energía eléctrica bipolar mediante radiofrecuencia
Una de estas técnicas de segunda generación más utilizadas es la que emplea energía eléctrica bipolar mediante radiofrecuencia, englobada dentro de las técnicas conocidas como ablación endometrial. Se trata de una intervención mínimamente invasiva, que permite calcular automáticamente la potencia necesaria de radiofrecuencia a liberar según las características de la cavidad uterina de la mujer, con el fin de eliminar adecuadamente el endometrio.
Al respecto, el facultativo del hospital granadino ha explicado que “la aparición de las técnicas de ablación endometrial de segunda generación permite su realización en poco tiempo y con gran seguridad, además de no necesitar el cirujano de un entrenamiento especializado para llevarlas a cabo. Es una técnica más reproducible y, por lo tanto, podemos asegurar parecidos resultados en todos los centros. Además, las técnicas de ablación endometrial de segunda generación son más sencillas de realizar, con menos complicaciones y con buenos resultados”.
Hay que tener en cuenta que, a pesar de que en España no hay datos sobre la tasa de ablaciones endometriales, en el resto de Europa hay datos que demuestran su eficacia. En Inglaterra, por ejemplo, el 38% de las mujeres con SMA son tratadas con cirugía y, de ellas, el 75% mediante la técnica de ablación endometrial; mientras que en Francia la ablación endometrial supone el 43% de todas las cirugías en mujeres con SMA.