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Mujer, menopausia y osteoporosis

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La mujer con menopausia es una de las principales afectadas por la osteoporosis, por lo que el riesgo de desarrollar esta enfermedad es mayor cuanto más temprano ocurre este periodo fisiológico. “La menopausia precoz, que es aquella que ocurre en la mujer antes de los 40 años, puede provocar que la falta de estrógenos durante esos años perjudique al hueso y estas mujeres alcancen la edad de 50 años con un hueso más afectado y de menor calidad. Esta situación podría prevenirse con un tratamiento adecuado controlado por un especialista en Endocrinología”, apunta la Dra. María Cortés Berdonces, coordinadora del Grupo de Metabolismo Mineral Óseo de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN).

Edad de la mujer

La endocrinóloga manifiesta que hasta un 23% de mujeres mayores de 50 años padece osteoporosis agravándose con la edad y alcanzando hasta un 80% en las féminas mayores de 80 años. En general, en España, 1 de cada 5 personas mayores de 50 años sufrirá una fractura osteoporótica (vertebral, de cadera, de muñeca u hombro), lo que afecta negativamente a su calidad de vida causándoles dolor, inmovilidad o dependencia y desembocando en un aumento de la mortalidad, especialmente, por las fracturas de cadera. En concreto, un 13.4% de los pacientes que sufrieron una fractura de cadera en España fallecieron al año siguiente, según el estudio Prospective Observational study on burden of hip fractures in Spain (PROA).

La Dra. Cortés Berdonces explica que “la menopausia se caracteriza por un déficit de estrógenos causante del desequilibrio entre la formación y la destrucción ósea ocasionando una pérdida significativa de la misma. Esta situación se produce especialmente entre los primeros 5 y 7 años tras la menopausia y, posteriormente, con la edad se puede agravar, ya que pueden sumarse otros factores que empeoran la osteoporosis”.

La osteoporosis es una enfermedad que afecta a la densidad mineral y la calidad de los huesos produciéndose una disminución de la masa ósea que provoca un hueso frágil y con más posibilidad de romperse. En cuanto a la prevención de esta patología, la Dra. Cortés Berdonces mantiene que “puede prevenirse en parte o al menos podemos ayudar a que su progresión sea más lenta, protegiendo el hueso de las cosas que lo perjudican y proporcionándole los nutrientes que necesita”. En este sentido, la endocrinóloga recomienda una alimentación adecuada con contenido en calcio (consumo de tres raciones de lácteos al día), niveles suficientes de vitamina D, proteínas, y realizar actividad física. Asimismo, es importante la ingesta de magnesio, vitaminas C y K y ácidos grasos omega 3, que se pueden obtener “sin dificultad” a través de una dieta mediterránea adecuada.