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Mejorar la salud genital, la calidad de vida y la esfera afectiva de las pacientes

La Dra. Eva Guisantes, cirujano plástico, explica que: “el objetivo fundamental de la Ginecoestética es mejorar la salud genital, la calidad de vida y la esfera afectiva de las pacientes. A pesar de su nombre, no es una subespecialidad que trate sólo problemas estéticos, sino que la mayor parte de los problemas que vamos a tratar son funcionales, pero a menudo empleando técnicas que se han desarrollado en el campo de la Cirugía Plástica, la Medicina Estética, la Medicina Regenerativa o la Dermatología. Un ejemplo de ellos son los tratamientos como el láser, la radiofrecuencia, los ultrasonidos, el ácido hialurónico o el plasma rico en plaquetas (PRP). Ha habido un desarrollo de estas técnicas (ya conocidas en otros campos de la Medicina) para aplicarlas en el ámbito de la ginecología.  Estas técnicas buscan mejorar la calidad de los tejidos a nivel vulvo-vaginal, mejorando la hidratación y lubricación vaginal, la elasticidad, estimulando la formación de un colágeno de mejor calidad, tratando cicatrices de episiotomía dolorosas, la incontinencia urinaria de esfuerzo o  el dolor durante el coito. Pueden asociarse a tratamiento hormonal sustitutivo en los casos en que esté indicado”.

Lo más demandado

Preguntada sobre ello, la Dra. Guisantes indica: “son los tratamientos de la sequedad vaginal, especialmente en la menopausia, aunque también nos encontramos pacientes cada vez más jóvenes que han padecido un cáncer de mama y han sido sometidas a tratamientos antiestrógenos que les han provocado una menopausia precoz. La sequedad vaginal está muy relacionada con la atrofia de la mucosa vaginal, debida a los cambios que provoca la reducción de los estrógenos. Esta atrofia vaginal puede provocar no sólo una falta de lubricación adecuada sino también una pérdida de la elasticidad vaginal, y en consecuencia provocar dolor durante las relaciones sexuales (lo que se conoce como dispareunia). También son muy demandados los tratamientos de la hiperlaxitud vaginal postparto, que condiciona una vagina con menos tono y que puede asociarse a incontinencia urinaria de esfuerzo y disminución del placer sexual tanto en la mujer como en su pareja”.

Formación especializada y enfoque multidisciplinar

“Todas estas técnicas requieren una curva de aprendizaje, una formación específica y un enfoque multidisciplinar, que incluye a los ginecólogos, cirujanos plásticos, médicos estéticos, dermatólogos, urólogos, sexólogos, psicólogos, y  fisioterapeutas”, indica la doctora. “Se trata de técnicas muy seguras siempre que se realicen por profesionales cualificados y formados. El correcto diagnóstico nos permitirá adecuar el tratamiento de forma personalizada, y en algunos casos la combinación de técnicas es la que nos permitirá obtener mejores resultados. Yo formo parte de la Sociedad Española de Ginecología Estética, Regenerativa y Funcional (SEGERF), y desde ella trabajamos para dar a conocer este campo de la Medicina entre los profesionales y las pacientes, ofrecer cursos específicos para formación en estas técnicas, siempre desde un enfoque multidisciplinar, y con el objetivo de ofrecer un abordaje integral de la salud íntima de la mujer”.

Hablar de temas sin tabúes

Preguntada sobre el auge de la Ginecoestética, la Dra. Guisantes afirma tajante que: “se debe en gran parte a que las mujeres empezamos a hablar de ciertos temas sin tabúes, como pueden ser los cambios asociados a la menopausia o los embarazos que afectan a la salud vulvo-vaginal y pueden interferir con las actividades de la vida cotidiana, las relaciones sexuales e incluso afectar a la esfera afectiva de pareja. También la comunidad médica ha tomado conciencia de las necesidades de una sociedad donde la esperanza de vida es mayor, los estándares de calidad de vida son mejores y las relaciones de pareja deben mantenerse de forma plena más allá de la menopausia. Actualmente existen muchos avances y nuevas técnicas en este campo que nos permiten ofrecer un abanico de tratamientos a nuestras pacientes que hace unos años no existían. A día de hoy no podemos limitarnos a decir a una mujer de 55 años que renuncie a una vida sexual plena o una calidad de vida adecuada por el simple hecho de que ha llegado la menopausia y debe asumir estos cambios con resignación. Tanto los profesionales de la salud como las pacientes hemos tomado conciencia de un problema que hasta hace unos años era infradiagnosticado e infratratado”.