El Dr. Cesar Arroyo es presidente de SEGERF, con una dilatada trayectoria profesional en el manejo de diferentes aparatos láser y otros dispositivos basados en la energía. Explica que “la radiofrecuencia es una técnica muy conocida en otros campos de la medicina, su aplicación en la zona vulvo genital femenina se puede definir, principalmente como segura, efectiva e inocua, basada en la aplicación de calor controlado y en profundidad, pudiéndose utilizar de dos formas:
– Monopolar
– Bipolar
El uso de una u otra se deberá a la profundidad a la que queramos depositar el calor en la zona a tratar y también al efecto biológico que queramos producir. Principalmente, tiene un carácter regenerativo tisular y tensor. Los tratamientos son indoloros, ambulatorios y su empleo puede ser como único tratamiento o en combinación con otras técnicas para potenciar o mejorar su eficacia”.
Patologías a tratar
“Fundamentalmente, su uso principal es en la atrofia vulvovaginal, el conocido como síndrome genitourinario de la menopausia GSM. Se utiliza en todos los casos de atrofia, pero principalmente en aquellos donde ésta es muy grande y no podemos utilizar otros procedimientos debido al tamaño de las piezas de mano ginecológicas o para evitar un prolongado efecto inflamatorio cuando este existe ya de base. El mecanismo de acción es la regeneración de la lámina propia y la mayor actividad vascular, que producirá un aumento de las secreciones disminuidas por la ausencia de estrógenos”, indica el doctor.
“También se usa para el control de determinados grados de incontinencia urinaria y del síndrome de dilatación del canal vaginal, donde se manifiesta una holgura tras los partos que no regresa tras un tiempo determinado y que produce insatisfacción sexual debido a la disminución del roce en las relaciones coitales.
Asimismo, también se utiliza para el embellecimiento de la zona externa, en los casos donde predomina la hiperlaxitud de los tejidos, como puede ser en el caso de la zona vulvar, sustituyendo en determinadas circunstancias a las terapias de relleno”, añade.
“Su ventaja fundamental radica en su menor agresividad y mayor tolerabilidad que otras técnicas utilizadas en esta área y también, porque no genera ningún tipo de trastorno a nivel superficial ni en la mucosa vaginal”, asegura.
Importancia de la nutrición
El Dr. Arroyo explica que “cualquier técnica basada en calor para la regeneración de tejidos necesita que existan en el organismo suficientes elementos para poder producir colágeno. Estos son: proteínas y sus aminoácidos precursores, oligoelementos como el magnesio y zinc, además de vitamina C.
Esto se especifica en la dieta de la paciente, que en caso necesario lo suplementará. La dieta recomendada tendría una alta cantidad de proteínas y mucha vitamina C.
Del mismo modo, se recomienda eliminar tóxicos como el tabaco y el alcohol. Esto mejorará la producción de colágeno con una respuesta apropiada a esos estímulos térmicos con los que vamos a trabajar”.