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La disfunción sexual puede persistir más de dos años después de la finalización del tratamiento oncológico

Día Mundial de la lucha contra el Cáncer de Mama

12/12/17.- Aunque no es la preocupación inicial tras el diagnóstico, la sexualidad es una de las áreas de la calidad de vida del paciente que más se ve afectada en el tratamiento oncológico, sobre todo cuando el órgano afectado tiene implicaciones sexuales.

La disfunción sexual es una de las complicaciones más prevalentes en ambos sexos y es un fenómeno frecuente que en la actualidad afecta a una gran mayoría de pacientes, cercano al 85%, tal y como indicó Carmen Yélamos, psico-oncóloga y responsable de experiencia de paciente en GenesisCare, en su participación en el Congreso Nacional de Pacientes con Cáncer, organizado por GEPAC (Grupo Español de Pacientes con Cáncer).

Muchos tipos de cáncer y terapias oncológicas están relacionados con la aparición de dificultades sexuales, debido a que los tratamientos recibidos pueden dañar determinados órganos, afectar a la autoestima y a la imagen corporal y provocar alteraciones psicológicas que sin duda impactan de forma directa en la sexualidad del paciente.

En concreto, alrededor de la mitad de las mujeres que han tenido cáncer de mama padecen disfunciones sexuales como consecuencia de los tratamientos oncológicos, lo que afecta directamente a su calidad de vida. Entre ellas, entre las más frecuentes se encuentran la falta de deseo sexual, la dificultad para lograr la excitación sexual y los cambios en las sensaciones debido al dolor genital recurrente o persistente asociado al coito (dispareunia).

Por su parte, las alteraciones más comunes en los hombres son los problemas de erección que puede haber tras determinadas cirugías y la preocupación por las secuelas físicas. Las causas de los problemas sexuales suelen ser tanto fisiológicas como psicológicas, y las disfunciones pueden persistir más de dos años después de la finalización del tratamiento.

Yélamos destacó que “lo fundamental es abordar el tema con la pareja y solicitar ayuda a los profesionales sanitarios si aparecen problemas de índole sexual. Cualquier alteración sexual ocasionada o empeorada por la ansiedad, el bajo estado de ánimo, los miedos y preocupaciones pueden mejorarse con el asesoramiento de un especialista”.

Este asesoramiento, junto a una intervención por parte de los profesionales, puede ayudar a recuperar los niveles de deseo sexual, excitación y relaciones previas a la enfermedad a través de tratamientos especializados. Trabajar con técnicas de educación sexual ayuda a analizar los cambios derivados de los tratamientos oncológicos y a impulsar un cambio de actitudes en relación a la sexualidad y el cáncer.