Los profesionales de la unidad de ginecoestética de Instituto Médico Láser (IML), explican que: “el mítico punto G es una zona anatómica que debe su nombre a la inicial del médico que la descubrió por primera vez, el Dr. Ernst Grafenberg.
A pesar de la controversia, existe suficiente evidencia científica publicada que certifica su existencia y que la define como una pequeña protuberancia, sensible al tacto y al roce, dotada de densa inervación, ubicada detrás del hueso púbico, en la cara anterior de la vagina (a unos 3 cm de la uretra) y que, al ser estimulada, produce una gran respuesta orgásmica”.
Tratamiento
“Este punto se hace mucho más sensible si el área se rellena bien con grasa autóloga (lipotransferencia) o ácido hialurónico (rellenos o fillers)”, además añaden que, “debido a que la zona resulta más amplia, más proyectada y percibe más estímulo al roce con el pene, lo cual puede facilitar intensamente el orgasmo vaginal.
El tratamiento se realiza con una técnica utilizando anestesia local, apenas tiene recuperación y se deben evitar las relaciones sexuales durante los primeros 5-7 días”.