Inicio Ginecoestética Uso de PRP en atrofia vulvovaginal y liquen escleroatrófico vulvar

Uso de PRP en atrofia vulvovaginal y liquen escleroatrófico vulvar

Según explica la Dra. Marieta Ramírez, directora del Departamento de Investigación Clínica y responsable de la Unidad de Láser del Instituto Palacios: “el Plasma Rico en Plaquetas (PRP) es una técnica que, aunque tiene más de treinta años de uso, es reciente su aplicación en la ginecología regenerativa. Sus resultados son óptimos en pacientes con atrofia vulvovaginal ya que al realizar las pequeñas punciones o infiltraciones con PRP se estimula la regeneración celular a través de las plaquetas que contienen en su interior los gránulos, que al romperse liberan una gran cantidad de factores de crecimiento (fibroblásticos, angioblásticos…), y activan la proliferación celular y la quimiotaxis en general. Todo ello condiciona una respuesta de rejuvenecimiento en la zona vulvovaginal, redensificando la zona, produciendo además un aumento de la humedad, mejoría de la lubricación y elasticidad, puesto que se estimulan los fibroblastos y su producción de colágeno tipo I, especialmente activado por dichos factores de crecimiento.

Liquen escleroso

Usamos el PRP con resultados óptimos, pero todavía sin evidencia científica suficiente para avalarlo en pacientes con liquen escleroatrófico vulvar, por lo que consideramos importante la investigación en este sentido. Esta es una enfermedad que puede asociarse con trastornos inmunológicos, que las mujeres pueden padecer en relación con la menopausia, aunque sus causas no están bien definidas. Es una patología crónica y hasta la fecha solamente se puede mejorar su sintomatología con corticoides de uso tópico.

El PRP es una alternativa de tratamiento y las pacientes a partir de la primera sesión empiezan a experimentar cambios y mejoras relacionados con las molestias propias de esta afección: picores y escozor.

Al realizar dos o tres sesiones con PRP, la paciente puede llegar a dejar el uso de corticoides y es reseñable su duración: entre ocho y diez meses, por lo que se recomienda hacer un tratamiento de recordatorio al año. Habiendo realizado tres consecutivos con un espacio de cuatro semanas entre uno y otro que optimizarán los resultados.

El efecto básico de esta técnica es justamente el aporte o la potenciación a través de las plaquetas activadas en la mucosa vulvovaginal, que está sustentada en la concentración de estas plaquetas, que al romperse sus gránulos aportan grandes concentraciones de factores de crecimiento de diferentes tipos que actuarán revitalizando un tejido que está potencialmente disminuido.

Los resultados siempre estarán en relación con las características individuales de la paciente, pues, aunque el PRP es un medicamento, es autólogo, propio e individualizado, es decir; se ha obtenido de la sangre de la propia paciente y el resultado estará en relación con la cantidad de plaquetas que se consiga concentrar dadas las características específicas del individuo y el empleo de la técnica adecuada, en general sus resultados son excelentes.