El Síndrome Genitourinario de la Menopausia (GSM), tradicionalmente llamado Atrofia Vulvovaginal (nombre muy pobre porque no se puede separar de aparato urinario), es una de las causas más desfavorables para la mucosa vaginal, así lo indica la Dra. Mercedes Herrero Conde, ginecóloga y sexóloga, fundadora de Salud Sexual para Todos.
Durante la menopausia se produce un descenso brusco y mantenido de la producción de estrógenos, al cesar la actividad del ovario y los cambios en la actividad hormonal o de la flora modifican la capacidad de lubricación de la vagina.
A partir de este momento, explica la especialista, por esa disminución de estrógenos, la mujer empieza a sufrir síntomas como pueden ser la sequedad, picor o el dolor en las relaciones sexuales por la pérdida de elasticidad de la vagina, en estos casos será primordial el papel de los profesionales sanitarios para realizar un diagnóstico clínico que indique el nivel de trofismo vaginal que sufre la paciente y, en función de ello, curar y cuidar será fundamental para la mujer.
El diagnóstico clínico realizado incluirá el nivel de atrofia vaginal y la salud vulvar que presente la paciente y el conocimiento de otras situaciones de la vida de la paciente como pueden ser tratamientos farmacológicos o irritación local.
Importancia del vestíbulo. Esta es la zona interior de los labios menores donde se encuentran terminaciones nerviosas y sensitivas al dolor. Con la menopausia, la mucosa adelgaza por lo que se hace más cercana esa zona y por lo que se siente mayor nivel de dolor. En esta época (menopausia) son importantes los tratamientos con estrógenos que intenten suplir a los que se pierden de forma natural, pero, como indica la especialista, también son importantes los tratamientos locales que pueden ayudar a las mujeres en un primer término aportando hidratación en la zona (como el presentado por Atlantia con la combinación de aloe y rosa mosqueta), y que además estarán indicados para aquellas mujeres que por sufrir tratamientos oncológicos tengan contraindicado el uso de hormonas.
Los médicos, insiste la doctora Herrero, debemos eliminar tabúes respecto a la salud sexual para mejorar el conocimiento y la calidad de vida de sus propias pacientes.
Más allá de la menopausia
Hay otra serie de factores que pueden modificar la capacidad de lubricación de la vagina y asociarse a la sequedad:
- Tras el parto, debido al cambio hormonal.
- También en algunas fases del ciclo menstrual, tras la regla.
- Cambios en la flora vaginal, con un descenso de las bacterias saludables y aumento del pH.
- Vaginitis frecuentes como los hongos o la vaginosis bacteriana, entre otros.
- En algunas mujeres, algunos fármacos como los anticonceptivos hormonales combinados.
- Los corticoides, fármacos antiinflamatorios de uso frecuente.
- Algunos antidepresivos (además de sequedad vaginal, pueden provocar disminución del deseo).
- Todos los fármacos quimioterápicos y otras terapias para el cáncer.
- Enfermedades autoinmunes que afectan a piel y mucosas.
- Trastornos tiroideos.
En estos casos están indicados hidratantes vaginales con fórmulas calmantes, que aporten humedad, con capacidad de regeneración y que sean ‘amables’ en su uso. Detalles como el color, la textura e incluso el olor, son muy importantes para las mujeres que los usan, finaliza la doctora.